lunes, 19 de octubre de 2015

Rumbo a Yucatán


Los sueños de mi encuentro con la cultura Maya se van a hacer realidad.
El 11 de Septiembre de 2010, Claudia, José Miguel, Loly y yo estábamos, a las 5:00a.m. en el Aeropuerto Internacional de las Américas (AILA). El avión de American Airlines nos acogía, mientras la seguridad de nuestra casa quedaba a espensas  de la alarma.

Llegamos a Miami y, como siempre, hay que pasar por pasaportes, recoger maletas, pasar por aduana, pasar de nuevo por la correa de seguridad y, al final, llegar a la puerta de embarque, para partir hacia el Aeropuerto Internacional de Cancún. Llegamos a buena hora, pero perdimos demasiado tiempo en el alquiler de un carro con la Compañía Hertz. Había que dejar una fianza, la tarjeta no les pasaba y no nos ayudaron mucho a comunicarnos con el Banco. Total, a las 4:30 de la tarde pusimos combustible al carro y arrancamos para Mérida.

Mérida está de Cancún a 289 km. Aunque dicen que el viaje se toma 4 horas  y 15 minutos, nosotros lo hicimos en mucho menos tiempo, pues tomamos la autopista de cuota, y, por lo cara que es, anduvimos en solitario. No se ve una sola casa en el camino. Es pura selva.

Cosas curiosas en el camino: cuando anuncian un pueblo, nunca ponen los kilómetros que faltan para llegar. Por otro lado, la carretera está sembrada de tópicos repetitivos como éste: “A menor velocidad, mayor seguridad”, “Maneje con precaución, su familia lo espera”, “Después del  accidente, ya nada es igual”, “El cinturón salva vidas. Úselo”.

Llegamos a Mérida al anochecer. Nos dirigimos al hotel que habíamos reservado por Internet y nos causó tremenda decepción. Tras visitar diversos hoteles, decidimos quedarnos en el Gran Hotel. Es un legendario hotel, fundado en 1901 y conserva toda la ampulosidad y grandeza, con muebles y adornos antiguos. Cansados, nos fuimos a la cama.

La historia nos cuenta que Mérida fue fundada por el español Francisco de Montejo “El Mozo” el 6 de enero de 1542. En realidad, los indios Mayas tenían una gran ciudad, conocida como Tho, mucho antes de que los españoles llegaran a conquistarla para desmantelarla. Las piedras de las pirámides de Tho se usaron  para construir la Catedral de San Ildefenso (1561-1599), la más antigua del continente americano, al Este de la Plaza Grande.

Otros edificios alrededor de la Plaza son: la Casa de Montejo (Casa del conquistador de la Península de Yucatán, hoy día las oficinas de Banamex), el Palacio de Gobierno (1892), que alberga 27 murales que muestra la historia sangrienta y violenta de México y los Mayas, y el Palacio Municipal (1735), casa de las Oficinas Municipales. De 31 estados y un Distrito Federal, Yucatán es conocido como el estado más tranquilo, por lo que se ha vuelto el lugar a donde emigrar.

Todas las calles están numeradas, en lugar de nombres, De Norte a Sur son pares. De Este a Oeste, impares. Son de una vía y, alternativamente se suben y se bajan. Son muy raras las que tienen nombre. Por ejemplo, Paseo de Montejo. Nosotros lo recorrimos en un Turibús. El Paseo de Montejo es frecuentemente comparado con la avenida “Champs Elysees” en París, por sus majestuosos árboles y casonas estilo francés. Hay muchos edificios magníficos como el Palacio Cantón, donde se hospeda el Museo  de Antropología e Historia, las Casas Gemelas y la Quinta Montes Molina. Es precioso el monumento a la Bandera.

Las Haciendas, en México, son el equivalente a las plantaciones en el Sur de los EE.UU., Ranchos de ganado en el Norte y Estancias en Europa. Desde los 1600s hasta los 1900s, las haciendas fueron construidas, por la gente adinerada, en las áreas donde se produjeron o desarrollaron sus productos. Cada hacienda consta de: la Casa principal, casa de máquinas, las casitas humildes de los obreros, la escuela, la enfermería, la tienda (donde los obreros siempre mantenían deudas), la iglesia, el cementerio, el área hidráulica , la prisión y los establos . Las Haciendas de Yucatán tuvieron su culminación, en los principios de 1900, cuando la economía local tuvo mucho éxito por la fibra de Henequén, usada para hacer fibras y cordeles.

Las Casonas en el Paseo de Montejo y Avenida Colón, en Mérida, son las casas que el “oro verde” o henequén ayudó proveer. Eran los dueños de estas casonas quienes construyeron haciendas en el campo donde se produjo el henequén. En los años 1940, con la invención de las fibras sintéticas, la industria de henequén decayó y los dueños de las haciendas vieron tiempos difíciles. Se abandonaron las haciendas y se deterioraron, hasta los 1990, en que muchas fueron restauradas, con servicios de hospedaje de lujo y comida gourmet. La calle 60 y el Paseo de Montejo son de las principales calles de la ciudad. Van de Norte a Sur. La 60 pasa por la Plaza Grande  y el Paseo Montejo le conduce a uno ante la Gran Plaza, al estilo de las Plazas modernas que conocemos en la actualidad. Precisamente ahí comimos un día un rico buffet.

Hemos coincidido con la celebración del bicentenario  de la Independencia Mexicana y disfrutado de sus preparativos y festejos en todo México. Los fines de semana, se cierran las calles que rodean a la Plaza Grande, al tráfico, y se hacen peatonales  por lo que uno puede comer y beber al aire libre y recibir la visita de miles de indios mayas, que te ofrecen lo inimaginable de su artesanía. Realmente viven del turismo. Todos tienen la misma  estructura: pequeñitos, cabeza ovalada, pelo negro lacio y tez bronceado obscuro. Como si hubiera un solo molde. No hablan profusamente, pero insisten en que les compres.

A 14 km. De Mérida está la ciudad Progreso, con hermosas playas, que dan al Golfo de México. No fuimos, por estar un poco cansados. Antes de llegar a Progreso, en el kilómetro 12 se dobla a la izquierda, hacia Dzibilchaltún, el lugar “donde hay escritura sobre piedras planas”, es una gran ciudad Maya, considerada de las más antiguas. Sobresale el Templo de las siete Muñecas, que debe su nombre a que se encontraron 7 figurillas de barro en el santuario. Es aquí donde cada 21 de marzo y 22 de septiembre se celebra el equinoccio, cuando el sol brilla a través del templo.

En la ruta PUUC (puuc significa montículos) no pudimos visitarlo todo. En ella y, a 80 km. De Mérida, se encuentra Uxmal, conocida como “la ciudad construida tres veces”. Aquí puede verse la pirámide del Adivino, El Palacio del Gobernador, El Cuadrángulo de las Monjas y el Templo de las Palomas.

Chichén Itzá está a 130 km. De Mérida. Fechada de aproximadamente 1553 años. Elk nombre se deriva de las palabras Mayas “chi”= boca, “chen”= pozo e “Itzá”= el nombre del pueblo de esta región. El 7 de Julio del 2007 fue nombrada una de las siete Nuevas Maravillas del Mundo.

La ciudad de Chichén Itzá fue siempre un centro sagrado para los Mayas. Se denomina equinoccio (aequinoctium = noche igual) al momento del año en que los días tienen una duración igual a las noches, en todos los lugares de la tierra. (21 de marzo y 22 de septiembre).  Los días del equinoccio eran los más importantes, para los Mayas, pues marcaban, en la primavera, el ciclo de preparación de la tierra para la siembra y, en septiembre, el periodo en que el fruto del maíz, ya maduro, estaría próximo a recolectarse.

Los Mayas registraron este fenómeno ,  en el diseño y construcción de sus edificios, observándose en aquellos que tienen una desviación de 17 grados hacia el Norte astronómico. El más representativo de estos edificios, en el que pudieron conjugar sus conocimientos de astronomía,  matemáticas, cronología, geometría y religión, es la Pirámide de Kukulkán o Castillo de Chichén Itzá, donde cada 21 de marzo se reúnen  miles de personas de todo el mundo para atestiguar la grandeza de la herencia Maya. Es aquí donde se da la fusión del cielo y la tierra, de ciencia y magia, en el que, desde el inicio del equinoccio y en la escalera norte del Castillo se proyecta la sombra de una serpiente, formada por triángulos de luz invertidos, que rematan en una colosal cabeza de serpiente. Representando así el retorno del Dios Kukulkán, una de las deidades más importantes de los Mayas.
El mundo Maya. Izamal, la ciudad de los Cerros, está en el centro de la Península. Tomando la autopista Mérida-Cancún, en el kilómetro 48 hay un desvío hacia Izamal. Fue conquistada por los frailes franciscanos, en su afán de evangelizar a los indígenas, dando como resultado que, hoy en día, sea distintiva la devoción a María Inmaculada. El atractivo principal es el Convento de Izamal, edificado sobre una de las Pirámides Mayas. Acompaña  la historia del Convento Fray Diego de Landa, su Fundador, famoso por haber quemado escritos indígenas. Este convento fue visitado por el Papa Juan Pablo II, en 1993, dando una conferencia únicamente para los indígenas de la zona.

Valladolid está  situada  a la mitad de camino entre Mérida y Cancún. Es una pintoresca ciudad colonial, en barrios de gran majestuosidad y belleza. Desde 1823, ha sido nombrada la Sultana de Oriente. Aquí comenzó la guerra de Castas, en 1847, así como la primera chispa  de la Revolución Mexicana, en 1910. Valladolid es creadora de uno de los guisos más famosos, que incluye los lomitos de Valladolid, longaniza y pollo en escabeche. Aquí, la mayoría de la gente todavía viste con la ropa típica de Yucatán.

Estuvimos viendo el Zenote Zací, símbolo de la ciudad y prodigio de la naturaleza, y en el restaurant, de donde también se ve el zenote,  saboreamos comida yucateca. El Cenote Zací es de los más populares para bañarse, por sus cristalinas y refrescantes aguas color turquesa, en las que se encuentra una rara especie de peces negros y sin ojos, denominados “lub”. Formaciones de estalactitas y estalagmitas cubren la tercera parte del Cenote.

Enfilamos, antes de anochecer, para Playa del Carmen, corazón de la Riviera Maya, nuestro próximo destino.
Teníamos reserva, por internet, en el Hotel Magic Express. Y a descansar hasta el próximo día. Pasó una tormenta que nos dejó bastante agua. Al día siguiente visitamos Cancún, la zona comercial y hotelera.  En Puerto Juárez, embarcamos para la Isla Mujeres, descubierta por el español Francisco Hernández de Córdoba, el 17 de Marzo de 1517. El nombre de Isla Mujeres fue dado debido a las estatuas en formas femeninas que fueron encontradas en la Isla. Estas estatuas estaban localizadas en el sitio de rezo dedicado a Ixchel, la Diosa Maya de la Fertilidad.

Isla Mujeres sólo mide 7,5 km. De largo, por 500 m. de ancho. Fue refugio de piratas por alrededor de 200 años. Fermín de Mundaca, el más perverso de ellos, construyó una hacienda como muestra de su amor a una mujer isleña. Aunque es un pueblo con todas sus instituciones, está preparada para el  turismo .  Las playas del Norte de la Isla son bellísimas, con una arena blanquísima.

Hay una serie de atracciones,  para sacar los cuartos al turista. Nosotros dimos la vuelta a la Isla en un carrito de golf que alquilamos.

Al día siguiente dimos un recorrido desde Playa del Carmen hasta Tulum. A 6 km. al sur de Playa del Carmen, por la carretera Federal 307 está Xplor, con un mundo subterráneo único. Con 2.5 km. De Tirolesas, 5 km. De vehículos anfibios, 400 m. de trayecto en río y 550 metros de navegación en balsa.
Como a tres km. De Xplor está Xcaret, majestuoso parque a la orilla del mar, con actividades únicas, en donde se puede divertir descubriendo la riqueza natural y cultural de México.
Más adelante hay un Delfinario, donde se puede bañar con delfines. Cerquita está Río Secreto, un sistema de ríos subterráneos extenso, espectacular.  El inframundo Maya. Se puede nadar en él.

A pocos kilómetros está Puerto Aventuras, de donde se puede viajar en velero y ver la pirámide Maya de Tulum.  A pocos kilómetros, por la misma carretera, encontramos a Xelha, el acuario natural más grande del mundo. Se puede nadar en medio de los peces. Finalmente podemos llegar por la misma carretera a Tulum y disfrutar del legado Maya.

Realmente la Península de Yucatán entera está sembrada de testimonios mayas. Los mexicanos tienen un arte especial  para sacar provecho económico a toda su geografía. Hasta para orinar en público hay que pagar.

En Playa del Carmen estamos alojados en un acogedor Hotel Magic Express. La Playa es de arena blanca, muy bonita y paralela a ella está la Quinta Avenida, llena de tiendas, Restaurants, etc… famosa y siempre muy concurrida por el mundo turístico. Comimos y cenamos en ella, celebrando el bicentenario  de la independencia Mexicana.

Y emprendimos viaje a Orlando. Orlando es grande, Pero lo que lo distingue son los Centros de Atracciones de Disneylandia.
Alquilamos un carro cerca del Aeropuerto y nos hospedamos en el Hotel…………………………..muy grande, pero huele a viejo y destartalado.
La entrada a los Centros de Atracción es demasiado cara: 87 dólares por persona. Solamente estuvimos en Epcot Center, cuyo parqueo sale por la friolera de 14 dólares. Esos parqueos con miles de carros, son un negocio redondo. Un abuso, mejor dicho.

Asistimos a la reunión de Mystic Dunes (Resort & Golf Club). Es un negocio inmobiliario, donde captan a los incautos. Nos dieron el desayuno, nos enseñaron el gran Resort. Un gran rato de conversación y, finalmente, los tiguerazos  para cerrar el contrato. Como no lo hicimos, cogieron un encojonamiento y su madre. Al final nos fuimos con el regalo de un descuento para cualquiera de las atracciones. En resumen, desayunamos opíparamente y obtuvimos 25 dólares de descuento por cabeza para las atracciones.

En Epcot Center vimos:
1º La tierra y su espacio (presenta el pasado, el presente y lo que se espera para el futuro).
2º El Universo de Energía.
3º Misión: Espacio. Pasamos por las pruebas para ir al espacio. Impresionante
4º El test Track.
5º Innovations.
6º La Tierra, donde podemos contemplar  todo lo que la tierra produce. Es una belleza. Caminas en un trencito y haces un gran recorrido. Finalmente, recorrimos las Naciones, donde hay construcciones con las características propias de México, Noruega, China, Alemania, Italia, Japón, Marruecos, Francia, Inglaterra y Canadá. En ellos hay bares, restaurants y diversión.


Finalmente, cansados, pero satisfechos regresamos al Hotel, pues al otro día había que madrugar , para entregar el carro y embarcar para Santo Domingo. Nos encontramos con que violentaron la casa para entrar, pero se disparó la alarma y salieron huyendo como la honda del diablo.

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