7 de Abril del 2009. LA GARROTXA Y
SUS VOLCANES
Hoy vamos solamente Javi y yo.
El Parque Natural de la Zona Volcánica de La
Garrotxa está situado al Noroeste de Cataluña, en la Provincia de Gerona, en el
corazón de la Comarca de la Garrotxa. Es la zona volcánica mejor conservada de
la Península Ibérica. En esta zona hubo 40 volcanes. El último episodio
eruptivo se produjo hace 11,500 años.
Casi todos los volcanes de La Garrotxa se
originaron a partir de una única erupción. El magma no procedía de una cámara
magmática, sino que subía directamente. Esto ha comportado que cada volcán se
haya formado sólo en un episodio eruptivo y que no pueda entrar otra vez en
actividad.
El volcán Santa Margarita, que cuenta con un
cráter de dimensiones extraordinarias y una forma perfecta, es el elemento
emblemático de la Zona Volcánica de la
Garrotxa. Y ahí nos dirigimos tempranito por la mañana. Al pie del monte hay un
parque considerable en magnitud, pues todos los días es visitado por
colegiales, turistas, y aficionados. El trayecto no es muy largo, pero sí
empinado. Para Javi se trata de un paseo por montaña. Para mí, de un desafío a
la naturaleza.
Tras unos cuantos descansitos para oxigenar mejor el pulmón,
llegamos a la parte superior del cono del volcán. No hay palabras para
describir la emoción: en el centro del cráter se yergue ufana una iglesia
románica, como del siglo IX o anterior. Descendemos presurosos a la base del
cráter, y, aunque la puerta estaba cerrada, Javi sacó una fotografía del
interior de la iglesia, a través de un agujerito, de calidad increíble.
Contentos nos ponemos de regreso, pues el día es
corto y tiene que rendirnos mucho.
A 2 km. del volcán está Santa Pau. Cuando uno
llega y contempla desde la carretera una panorámica de esta villa medieval y,
tras atravesar un puente y ascender por un camino pedregoso, se adentra en el
pueblo, se siente haber retrocedido en el tiempo.
Es sueño del que uno
despierta mucho después de haber salido de él. El “Firal del Bous” (Ferial de
los Bueyes) es el centro neurálgico de la Villa, los orígenes de la cual se
remontan a la construcción del Castillo (s.XIII) y la posterior construcción de
la Vila Vella (Villa Vieja), a su cobijo. Mereció la declaración de Conjunto
Histórico Artístico, ampliamente justificada por la plaza porticada, la iglesia
gótica (s.XVI), rincones evocadores y diversos dinteles y ventanales.
Estamos ya cerca del mediodía y partimos para
Olot, la capital de la Garrotxa, circundada por montañas. Olot es bella; tiene
recuerdos ancestrales y actividad moderna. Desde sus afueras escalonamos el
volcán del Montsacopa. Una subida sumamente pronunciada. Llegar a la cumbre es
descansar. Hay un Fuerte-Iglesia y el cráter está bien delimitado. No es tan
grande como el de Santa Margarita. Utilicé el bastón de alpinista que tiene
Javi, lo que me ayudó bastante, especialmente para el descenso.
Comimos y nos
dirigimos hacia otra población medieval: Castellfullit de la Roca. Hay ciertos
elementos parecidos en todos los pueblos medievales, pero nuestra ilusión
quedaría colmada con creces si lográbamos ver las dos rocas volcánicas sobre
las que estaba erigido el pueblo y de donde tomaba su nombre.
Bajando cuestas
tortuosas, por caminos empedrados, logramos la vista buscada: desde el puente
romano semidestruido, contemplamos las rocas sobre las que se levanta, como
casitas de papel, la población de Castellfollit de la Roca
Cansados, pero contentos, iniciamos el regreso a
casa.
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