miércoles, 24 de enero de 2018

Destino: Francia IV

De una gran simplicidad arquitectónica, la capilla se inserta en el gótico meridional: una única sala (30 m de largo por 11 m de alto) dividida en cuatro tramos y un ábside en tres caras. La gran originalidad de este monumento reside en su bóveda, constituida por una hilera de gruesas planchas de castaño, remarcado por nervaduras y admirables llaves colgantes en madera dorada que garantiza una excelente acústica. La pintura decorativa tiene un lugar muy destacable. Se trata en la mayoría de cuadros, de pinturas al óleo, recubriendo la generalidad de la bóveda y los muros, creando en la nave efectos barrocos de carácter excepcional.

Para su realización, los Carmelitas se dirigieron primero a finales del siglo XVII, al pintor tolosense Jean-Pierre Rivals. Inspirándose en la Capilla Sixtina, comenzó a decorar las partes altas, entre las ventanas, de figuras alegóricas de Virtudes, dentro del mismo orden en que se decoro el monumento romano. Este trabajo fue reanudado, entre 1747 y 1751, por su sucesor Jean Baptiste Despax, a quien se debe la totalidad de la decoración.Esta obra fue considerada, en justicia, como la obra maestra de la pintura de Toulouse del siglo XVIII. La decoración de la capilla se organiza como un extenso poema de la gloria del Carmelo.

Se encuentra en ella tres ideas esenciales: señalar la fuente de la espiritualidad Carmelitana, a saber, el misterio de la Encarnación de Cristo, tema de meditación por excelencia de las comunidades del Carmelo; afirmar la afiliación espiritual de la Orden con el profeta Elías y su discípulo Eliseo, los dos fundadores de la vida de oración en el Monte Carmelo, en Samaria. Glorificar a Santa Teresa de Ávila, la gran reformadora del Carmelo, canonizada en 1622, el mismo año de la fundación de la capilla. Entre la cima de los muros y por otra parte entre las ventanas, se van sucediendo figuras femeninas que simbolizan la comitiva de las Virtudes recomendadas por la superioridad de la Orden.

Partiendo de la puerta, lado oeste:       Partiendo de la puerta, lado este:
-La Vigilancia                                       -La Prudencia
-El Trabajo                                           -El Celo
-La Obediencia                                     -La Pobreza
-La Pureza                                            -La Sumisión
-La Penitencia                                      -Ciencia de Santos
-La Esperanza                                      -La Humildad
-La Fe (Jean Pierre Rivals)                  -El Silencio (Jean Pierre Rivals)
-La Charité (Jean-Pierre Rivals)          -La Contemplación (Jean-Pierre Rivals)
Los cuadros de la Nave: retratan los prodigios del Profeta Elías y su discípulo Eliseo.
La bóveda Norte: Profetas y Justos del Antiguo Testamento.
Los cuadros del Coro: Adoración de los Pastores, Anunciación y Adoración de los Magos.
La bóveda Sur: Appoteosis de Santa Teresa.
Toda la sillería donde se rezaban las Horas está completa.
Esta Capilla me ha emocionado sobremanera. Jamás había visto algo parecido.

Si partimos de la Place du Capitole hacia el Oeste, por la Rue Pargaminières, en la tercera cuadra encontramos el Convento de los Jacobinos. Mantiene toda su estructura de edificio religioso, aunque ya no hay actividades religiosas. Es monumento nacional.Los Jacobinos era la Iglesia y Convento de la Orden de los Dominicos, que nació en la Ciudad de Toulouse para intentar convertir pacíficamente a los cártaros al catolicismo. Su torre es una de las que más sobresale sobre los tejados de la ciudad, y se hace especialmente presente si la contemplamos desde la orilla Oeste del Garona. De noche se ilumina de colores, por lo que es fácilmente reconocible.

La iglesia está construida de ladrillo, típico del gótico meridional. En el interior admiramos el juego de colores (pinturas murales y vidrieras) y las bóvedas de nervaduras. Llama la atención la estructura, ya que el altar en lugar de estar en uno de los extremos de la única nave, está situado en el centro de la misma. Al tratarse de una única nave, hay columnas en su centro que la parten en dos espacios. Una de estas columnas es especialmente llamativa : la llaman La Palmera, por su tamaño y sus ramificaciones. En su base se ha colocado un espejo, para poder apreciar mejor su tamaño y los detalles de su parte más cercana al techo. Las vidrieras también son llamativas, aunque sólo se conservan dos de las originales del siglo XIV.

No lejos de los Jacobinos, a orillas del Garona, está la Iglesia de la Daurada (Eglise N.D. de la Daurade) El nombre de esta iglesia del siglo VI le viene de su decoración (deaurata significa recubierta de oro). Su fachada recuerda un templo clásico y data del siglo XIX. En el interior podemos ver una Virgen negra ataviada con lujoso ropaje, que se cambia según el periodo liturgico. Muchos creyentes piden favores a la Virgen negra. En la iglesia aparecen numerosas placas de agradecimiento por los favores recibidos.

Desde aquí hay una vista preciosa del Pont Neuf (Puente Nuevo) el más antiguo de los que se conservan en Toulouse. Gracias a sus arcos de desagüe (que facilitan el paso del agua) el puente resistió a la fuerte crecida de 1875. Fue construído entre 1544 y 1632.

Entre los monumentos civiles, el Hôtel d'Assézat (sede de la Fundación Bemberg) es un edificio de particular interés artístico-arquitectónico. La fundación posee una rica colección de muebles, objetos y pinturas. Está instalada en el palacete  de Assézat, edificado entre 1555 y 1557, para el rico Mercader Pierre d'Assézat.Este palacete es igualmente la sede de sociedades científicas, entre las que se encuentran las de los juegos florales. Por estar en algún tipo de repación  no nos permitieron entrar.
El Museo de los Agustinos está instalado en el incomparable marco del Convento de los Agustinos, construido en los siglos XIV y XV. El Museo conserva un valioso conjunto de esculturas medievales (capiteles románicos y estatuas góticas).En las colecciones de pintura hay obras  maestras de los siglos XV al XIX. Algo pudimos ver a través de sus grandes ventanales, pero ya no nos quedaba tiempo para entrar.
La originalidad de la Cathédrale Saint-Étienne, construida esencialmente entre los siglos XIII y XVII, le viene de la yuxtaposición del gótico meridional con el del norte. Posee un rico mobiliario (retablo, órgano y vidrieras ). Solamente la vimos por fuera, pues teníamos la hora de continuar hacia Loudes. De todos modos, a mí no me gustó. No sé exactamente la razón de que no ocupa el lugar principal entre las preferencias e iglesias destacadas por los propios habitantes de Toulouse, que ven como mucho más representativa la Basílica románica de St. Sernín
Dejamos mucho por usmear, para la próxima visita. Partimos de esta gran Ciudad, pues teníamos que estar antes de las 8:00 de la tarde, para registrarnos en la Residence du soleil de Lourdes.

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