jueves, 25 de enero de 2018

Destino: Lourdes ...y V

Llegamos a su hora y nos instalamos en el piso 5º puerta 4.Descansamos un poco, nos refrescamos y cenamos con tortilla española y pimientos al ajillo acompañado de un buen vino y sabroso pan francés. Como colofón, una tarta de manzana de la exclusividad de Sweet Taste Shop.

Con nuevas fuerzas nos dispusimos a ir a la Cueva. Estábamos a cinco minutos caminando. Salimos del hotel, buscando dónde obtener las antorchas para la procesión que estaba a punto de empezar. Lourdes, en las proximidades del santuario es una colmena viviente, llena de hoteles, tiendas y gente pululando. En todas las tiendas venden las velas con protectores de papel para que no se apaguen. Las compramos y nos dirigimos hacia el santuario. Son las 8:45 de la noche. En un instante nos adentramos en la inmensa plaza del Santuario. Ya la procesión ha comenzado: una cruz luminosa precede a la Virgen llevada en andas. Una infinita multitud, antorcha en mano, va en procesión, tras la Virgen. Qué impresionante escena! En un par de minutos formamos parte de ella. Las instalaciones de sonido son perfectas. Primero se canta la salve y luego se va desgranando el Rosario lentamente, en diversos idiomas alternados, y cantando loores a la Virgen. Como a las 10:00, se acabó la procesión y nos dirigimos a la Cueva emocionados. La gente bebe el agua de la cueva, para lo cual está canalizada ya. Dentro de la cueva rezuma entre las rocas el agua con la que la gente moja sus manos y se unta el cuerpo. A las 11:00 asistimos a una misa en la cueva. Al final de ella, exposición del santísimo Sacramento. Todo muy conmovedor.

Con sentimientos profundos  inexpresables nos dirigimos lentamente al hotel, para descansar del largo camino.

                                                UN POCO DE HISTORIA

En el año 1858, la localidad de Lourdes era una aldea muy pequeña, con el 80% de sus habitantes analfabetos. Hay un promontorio rocoso conocido con el nombre de Massabielle (Rocas Viejas). Al pie de éste corre el río Gave que se forma con las aguas que descienden de las montañas. A un lado de la rocas hay una pronunciada cueva, 3 m y medio de ancha por 3 m y medio de alta. Era un lugar sucio, oscuro, húmedo y frío. La llamaban "el cubil de los cerdos", porque ahí iban a resguardarse los cerdos que pastaban en los alrededores.

Todo el conjunto de templos y edificios que tienen como centro la Gruta mencionada recibieron el nombre de Santuario de Nuestra Señora de Lourdes. La Gruta y la basílica de la Inmaculada Concepción (construida por Monseñor Laurance, obispo que acogió las revelaciones privadas a Santa Bernadette Soubirous) constituyen el santuario original.

En una de las apariciones, a petición del párroco, Bernardette le preguntó a la Señora que quién era. La Señora le contestó en su dialecto "que soy era Inmaculada Concepción" (Yo soy la Inmaculada Concepción).
En otra de las apariciones, la Señora le dijo:"Vete a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y que se venga en procesión". Yo pienso que a esto obedece la procesión diaria de las antorchas.
En una de las apariciones, Bernardette llega a la Gruta con una vela bendecida y encendida. De este gesto nació la costumbre de llevar velas para encenderlas ante la Gruta.
En otra de las apariciones le dijo la Señora "que fuera a beber a la fuente". "No encontré -dice Bernardette- más que un poco de agua fangosa. Al cuarto intento conseguí beber".
El lateral de la Basílica que da al frente de la Cueva, está lleno de este mandato: "Vete a la fuente a beber", en todos los idiomas del universo. De ahí vino el beber el agua que comenzó a brotar de la Cueva. Estos son algunos detalles para entender ciertos hechos y acontecimientos del Santuario. Para profundizar sobre el fenómeno de Lourdes, es recomendable leer las Apariciones a Bernardette.

Nos levantamos, desayunamos y nos dirigimos al Santuario para verlo de día. Vimos por dentro la Basílica del Rosario. Es un sueño. Está ornamentada, entre otras cosas, con unos tremendos cuadros, quince, representando en mosáico los quince Misterios de la Virgen. Me dejó impresionado.
Acudimos de nuevo a la Cueva y, transformados, iniciamos el camino de regreso. La lluvia nos acompañó durante todo el camino. En una gasolinera comimos y descansamos un rato. Quisimos aprovechasr nuestro paso por Narbona, para dar un vistazo a esta histórica ciudad, donde aparte de su gran catedral hay vestigios romanos ( quedan columnas en pie) y en la Plaza del Ayuntamiento se conserva en el centro, una muestra  de la Vía Romana, que comunicaba España con Roma.

Aquí Adela encontró un lugar donde vendían Yaniqueque. Pidió que se lo dieran con mucha sal, ante la extrañeza de los vendedores. La verdad es que el yaniqueque no tuvo mucho éxito. Cenamos en un McDonnald, reanudamos el viaje y con conversaciones muy animadas sobre los aconteceres de la vida, llegamos a la Jonquera. Ya en terreno propio, arrivamos a buena hora a nuestra casa, para descansar del viaje y continuar con nuestros sueños.

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