jueves, 21 de mayo de 2015

Convivir con el dolor

Estuve en Ubarmin (Navarra), una de las mejores clínicas de los huesos, aquejado de grandes dolores lumbares. Aprendí muchas cosas, pero lo que más me impresionó fue un gran letrero que decía: Acostúmbrese a convivir con el dolor. Me llevé del consejo y aprendí la lección. "Sufrir y llorar significa vivir". No hay vida sin dolor, pues el sufrimiento es inherente a la condición humana.

"Todo amor que no se aliente con un poco de dolor, muere". Sufrir no significa ser infeliz.

Ante el dolor, o lo rechazamos y caemos en la desesperación, o lo aceptamos, sirviéndonos de acicate para valorar los momentos positivos y disfrutar más de ellos.

El dolor, la enfermedad y la muerte forman parte de la vida humana.La actitud más sana, inteligente y madura es aceptarlos cuando lleguen.

El progreso de las ciencias, letras y artes, es decir, el progreso humano, se hizo reealidad tras incontables fracasos y dolores.

Proverbio árabe: "Si tus males tienen remedio,  ¿por qué te apuras?
Y si no lo tienen, ¿por qué te apuras?

Nunca se ha sentido más unida Europa que después de la trágica experiencia de las dos guerras mundiales. "El hombre a quien el dolor no educó siempre será un niño".

Sin duda, un aspecto clave de la educación es capacitar al individuo para soportar la frustración y saber integrar el sufrimiento a la propia vida. De esa manera descubriremos que, a pesar de todo, la felicidad sigue siendo el objetivo fundamental de cualquier ser humano.

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