lunes, 30 de marzo de 2015

A Propósito del Domingo de Ramos

La Semana Santa es la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Es una semana de intensa actividad litúrgica.

Me apena, como creyente, ver a los no practicantes esperar ansiosamente esta semana para vacacionar. Esta semana no ha sido concebida para ellos. Es una semana de conmemoración del gran evento salvífico de la Muerte, y Resurrección del Salvador.

En definitiva, si se mantiene en el calendario la Semana Santa (que para muchos no es tan santa), es para aprovecharse de un ciclo vacacional que, en Uruguay, dada la secularización de las fiestas religiosas por ley, se conoce como "Semana de Turismo".

Acabamos de celebrar el Domingo de Ramos.

"...muchos tendían sus mantos por el camino, otros cortaban ramas de los árboles  y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás, daban voces diciendo:¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"

Esa misma gente que hoy lo aclaman, en breve pedirán su crucifixión. El ser humano es voluble e interesado. Los intereses espúreos se atreven a cambiar el sentido de la vida, los sentimientos más puros y hasta el ADN de las personas.

¿Dónde están ahora todos los curados por Jesús: ciegos, leprosos, paralíticos y tullidos?

No debemos renunciar a hacer el bien, pero conscientes de que los beneficiados, en cualquier entresijo de la vida, podrán asestarnos una navaja trapera.

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