viernes, 27 de marzo de 2015

Andanzas por España IV: Gijón

Oviedo, 31 de agosto de 2006 (GIJÓN)

Javier va a estar poco tiempo y, a pesar de sentir el cansancio de la caminata del día anterior, por los lagos,  nos levantamos con diligencia y tomamos nuestro autobús rumbo a Gijón.

Nos apeamos en la estación de Gijón, sita en la c/Llanes. Por frente de la estación de la Renfe (c/Pedro Duro) desembocamos en la Rodríguez San Pedro, que nos lleva derechitos  al Museo del Ferrocarril. Querer ver Gijón y sus Museos en un día es poco menos que imposible.

 Habíamos estado unos días antes  y conocemos ya los puntos de interés. El Museo del Ferrocarril de Asturias, inaugurado el 1998, nos explica la evolución industrial y social de Asturias, a través de una importante colección de patrimonio ferroviario. Es digno de verse. Y un recuerdo imperecedero de los trenes que en nuestra adolescencia tomamos para dirigirnos a nuestra casa de estudios en Villarreal de los Infantes (Castellón de la Plana).

 Tomando la Rodríguez San Pedro hacia el Norte, llegamos a la Plaza del Marqués, ocupado su centro por la estatua de Pelayo, escultura de bronce que data de 1891, cuya silueta figura en el escudo de la ciudad. A un lado, contemplamos uno de los edificios más representativos de Gijón, convertido en prestigioso Centro Internacional de Arte Contemporáneo, el Palacio de Revillagigedo  y la Colegiata de San Juan Bautista. Fueron construidos en la primera década del siglo XVIII. 

En la misma Plaza destacan otras casonas , como la Casa de los Ramírez-Jove, s.XVI y, próxima a ésta la Casa de los Nava del s. XVIII. Desde esta Plaza del Marqués contemplamos el antiguo Puerto de Gijón, en el que nos es fácil evocar los antiguos veleros que atracaban en la época.


Por la travesía Jovellanos nos acercamos en un minuto a la Plaza Jovellanos, donde se yergue el Museo de la Casa Natal de Jovellanos, casona que data del s.XV, con ampliaciones y reformas hasta el s.XX, donde nació el personaje  gijonés más ilustre en el 1774. En la anexa Capilla de los Remedios, se encuentra su sepultura y, junto al solar familiar, se encuentra la primitiva sede del Real Instituto de Náutica y Mineralogía, hoy convertido en honor con su nombre, fundado en 1794.


Muy próxima se encuentra la Plaza Mayor y Casa Consistorial, terminada en 1865, que constituye el nexo de unión entre el antiguo barrio alto y la nueva ciudad que se estaba gestando. En su interior se celebran múltiples conciertos, especialmente durante el verano, y festivales de todo tipo, como el de la sidra o el mercado artesano, que se organiza un fin de semana de cada mes. Cimadevilla es un barrio que mantiene en sus calles la esencia de lo que fue Gijón durante siglos.

 Callejeando descubrimos el sabor añejo y, a veces descuidado, de sus antiguas casas de pescadores, el encanto de plazas como la de Cimadevilla y la Corada, hoy repletas de bares y cafeterías, la fábrica de tabaco, en el Antiguo Convento de las Agustinas Recoletas (s.XVII).

Restaurantes, sidrerías y Casonas jalonan las calles adyacentes. No podemos olvidar la Capilla de la Soledad (1674), antigua sede del gremio de mareantes, en la que se adora a la Virgen de su mismo nombre y al Cristo de Medinaceli.

La playa de San Lorenzo es, sin duda, uno de los emblemas de Gijón. Tiene casi tres kilómetros y medio de longitud y parece un hormiguero de gente. Está flanqueada por el Paseo del Muro, por donde los gijoneses pasean o simplemente se asoman al mar.

 En la Plaza del Arcipreste Ramón Piquero se encuentra la Iglesia de San Pedro y, justamente al lado, en Campo Valdés, las Termas Romanas. Se descubrieron en 1903 y en 1990 se reexcaban, con el fin  de crear un Museo in situ. Las Termas, construidas entre los siglos I y IV d. de C. , eran los baños públicos de la ciudad. Junto al yacimiento se muestran objetos y restos arqueológicos que nos permiten conocer las técnicas constructivas, la vida cotidiana, la flora y la fauna de aquella época. Del conjunto destacan los hipocaustos (sistema de calefacción) y las pinturas murales que decoraban las estancias.


 Un paseo por la Corrida es de rigor.
Un punto y aparte merece el Paseo de Begoña, antigua alameda, remodelado recientemente para recuperar su antiguo aire señorial, donde se encuentra el Teatro Jovellanos, el más destacado de la ciudad. Como un brote de los Jardines de Begoña, encontramos la Plaza de los Campinos, rematándolo, como fondo con la Iglesia de San Lorenzo. El Astro Rey ha llegado a su Zenit y nos dirigimos a la estación de autobuses, pues estamos ansiosos de ver más y más.


Nos han dicho que Candás no está muy lejos de Gijón y tiene una belleza natural sin igual. Antes de tomar el autobús, nos encontramos en la estación con Iberia, Miguel y la hija . Nos dimos un fuerte abrazo y nos despedimos de inmediato, pues el autobús para Madrid partía ya.

 Llegamos a Candás y la panorámica de ese puerto no tiene paralelo. Junto a la Iglesia de San Félix, sentimos el hambre. En la escalinata Jesús saciamos nuestro apetito y nos apresuramos a comenzar el recorrido, pues hoy mismo tenemos que regresar a Oviedo. Candás tiene un Museo de Pintura al aire libre. Comenzó a fines de los 70, plasmando en los muros de la villa diferentes escenas, haciendo un homenaje a la misma y teniendo como “leit motiv” el MAR. En la actualidad, este es un museo vivo que sigue ampliando su colección por las diferentes calles de la villa.

 Pueden admirarse los 18 murales, siguiendo este recorrido: Braulio Busto, Ramón y Cajal, Calleja Nolo, Avenida de la Constitución, Parque Conserveres, Carlos Albo, Pedro Herrero, c. Astillero, Rufo Rendulles y Puerto de Candás.

Aparte tiene unas vistas panorámicas tan impresionantes que nadie que haya llegado hasta aquí puede dejar de contemplarlas. Partiendo de la Plaza del Ayuntamiento, nos introducimos en el Parque San Antonio y caminamos en cuesta entre la panorámica del Mar Cantábrico y el acogedor verdor del Parque, hasta llegar a la Capilla de San Antonio. Desde ahí culminamos en el Faro, para descender por la senda verde San Antonio, mientras el espíritu se solaza con tan fastuoso escenario.

Partimos de Candás hacia Gijón, con el tiempo justo para retornar en el último autobús hacia Oviedo.


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