AVILES
Como de costumbre, vamos temprano a la estación de
autobuses, nuestro punto de partida para cualquier excursión en Asturias.
La Comarca de Avilés destaca por su paisaje
industrial, por su tradición marinera y por sus extensas playas de fina arena.
Como siempre, alargamos lo más posible el día, que siempre resulta corto para
sacar provecho del paseo.
Avilés es el tercer núcleo de población más grande
de Asturias y el segundo puerto más importante de la región. Está situado al
Oeste del cabo Peñas y en la margen izquierda de la ría que lleva el mismo
nombre. Constituye, junto con Gijón, el principal eje industrial del
Principado.
Comenzamos nuestro paseo por la Plaza España, centro histórico de
Avilés, un triángulo formado por tres nobles edificios: el Palacio Municipal o
Ayuntamiento, la Casa de García Pumarino y el Palacio del Marqués de Ferrera,
levantado en el siglo XVII. Seguimos nuestra marcha por la calle de la
Ferrería, la que más vestigios guarda del Avilés Medieval, no en vano era la
principal entre las que discurrían dentro de las murallas de la Villa.
El
baluarte defensivo fue demolido en el s. XIX. En la Ferrería encontramos la
casa de Valdecarzana, de fachada gótica y Sede del Archivo Histórico de Avilés,
el edificio civil más antiguo de Avilés (s.XIV). En la Plaza Carlos Lobo se
enseñorea la Iglesia de los Padres Franciscanos, el edificio de Avilés con
mayor antigüedad conservado hasta hoy. Durante siglos fue la Parroquia San
Nicolás de Bari. Construida entre finales del siglo XII y XIII, su factura original responde al estilo románico.
En los Alfolíes se encuentra la Capilla de los
Alas (s.XIV). El Parque del Muelle ha sido el parque tradicional de Avilés,
desde su construcción, a finales del s.XIX, espacio ganado a la mar, lo que
también hizo que se desplazara al puerto, de origen medieval, hacia la margen
izquierda de la Ría. La iglesia vieja de Sabugo se encuentra en el medieval barrio
de Sabugo, en la plaza del Carvayo, único barrio extramuros del Avilés
Medieval.
En la Plaza La Merced está la iglesia de Santo
Tomás de Cantorbery, la nueva Sabugo, pues la antigua Sabugo resultaba muy
pequeña. Desde ahí contemplamos la Casa de Eladio Muñiz, indiano de Avilés que
tuvo la suerte de hacer fortuna en Cuba y construyó este edificio en el 1903,
para ofrecerlo a su esposa como regalo de bodas.
En la Plaza Hermanos Orbón se
construyó la Plaza del Mercado, desecando terrenos de marisma y canalizando
subterráneamente el río Tuluego. Su perfecta simetría y el hecho de que la
plaza esté completamente rodeada de galerías, es lo que le da una originalidad
impactante.
En la Plaza Camposagrado se construyó en el s. XVII el Palacio de
Camposagrado, el mejor ejemplo de barroco asturiano y Nueva Sede de la Escuela Supeior de Arte de
Asturias. En la misma plaza se ubica la Escuela Municipal de Cerámica, en un
restaurado edificio del s.XVI.
El Palacio del Marqués de Ferrera es uno de los
cuatro (junto con el Municipal, el de Camposagrado y el de García Pumarino) que
componen parte de la espléndida herencia barroca de la ciudad. La fachada
principal da a la Plaza de España y la lateral a la calle San Francisco. La
Fuente de los Caños de San Francisco es uno de los símbolos arquitectónicos más
emblemáticos del casco histórico de Avilés. Su situación, entre el Palacio
Ferrera y la Iglesia de San Nicolás de Bari, ayuda a realzar este original
monumento del siglo XVII. La <iglesia de San Nicolás de Bari es el antiguo
convento de la comunidad franciscana, que la edificó al llegar a Avilés en el
siglo XIII. En la Plaza Alvarez Acebal está la Casa Municipal de Cultura,
inaugurada en 1989.
Entre las calles Julia de la Riva y Alfonso VII,
aflora el Palacio de Balsera, Conservatorio Municipal de Música, edificado a
principios del s. XX, de volúmenes bien compensados, de cargada ornamentación y
coronado por una vistosa torre historicista.
La calle Galiana es, junto con la de Rivero, de
las más singulares y populares calles de la ciudad. La parte soportada,
contemplada desde su inicio, en la Plaza Alvarez Acebal, forma un encantador
laberinto interminable a la vista.
No sólo destacan los soportales en la calle Galiana, también hay edificios relevantes
que ayudan aún más a realzarla. La del indiano Arias de la Noceda es una de
ellas. Avilés cuenta con 13 parques públicos. El mayor (81,000m2) y más
utilizado es el de Ferrara, uno de los más importantes y vistosos de Asturias.
El jardín francés es un espacio singular.
La calle de Rivero es una de las más tradicionales
de la ciudad. Es la más transitada de las antiguas calles, dada su proximidad
con importantes barrios de alta densidad demográfica.
En la calle de Rivero hallamos la casa de García Pumarino,
(o Palacio de Llano Ponte), elegante edificio del s.XVII, que responde a un
proyecto más de los excelentes arquitectos avilesinos Menéndez Camina, que
siguieron el del Ayuntamiento. La armonía de fachadas entre ambos sigue siendo
notable.
El Palacio Municipal (Ayuntamiento de Avilés), es uno de los tres
edificios nobles que se levantaron en el s.XVII, extramuros de la ciudadela
amurallada, lo que significó, desde el punto de vista urbanístico y económico,
un gran avance para Avilés.
El teatro Palacio Valdés, uno de los tres grandes
teatros asturianos, junto con el Campoamor
de Oviedo y el Jovellanos de Gijón, fue construido en 1920, cuando
Avilés tenía tan sólo 12,000 habitantes.
El Palacio de Maqua es un noble edificio levantado
en la Cámara, cuando esta calle comenzaba a ser
la principal de la ciudad.
Todo este recorrido lo hicimos guiados por gente
especializada de Turismo. Comenzamos el recorrido a las 4 de la tarde. Para
aprovechar el día nos fuimos por la mañana a la Playa de Salinas, una de las
mejores playas del Norte de España, para la práctica del surf. Es una de las
playas mejor comunicadas. Además del transporte público –con autobuses urbanos
cada 15 minutos- dispone de amplios aparcamientos.
En la Plaza La Merced tomamos el urbano y en media
hora estábamos en la Playa Las Salinas. Desde Salinas, andando, se sube hasta
la zona de Pinos Altos, que cuenta con áreas recreativas y constituye un
excelente mirador, desde el que podemos contemplar el entorno costero: Museo de
Anclas, la localidad de Salinas, las playas de Salinas y San Juan, las dunas
del Espartal y la desembocadura de la Ría de Avilés y hasta el Cabo Peñas. Las
dunas pueden ser recorridas a través de pasarelas de madera que permiten su
disfrute sin dañar el ecosistema.
Disfrutamos de la naturaleza y nos apresuramos a
llegar a Avilés, pues nos esperaba el paseo guiado por la ciudad, que hemos
descrito arriba. Terminado el paseo, a la estación de autobuses, para regresar
a Oviedo, soñando con Avilés Medieval.
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