lunes, 22 de enero de 2018

La Navidad es un cascarón de huevo

Todas las principales fiestas religiosas han sido desacralizadas. Se han tomado sus festejos como vacaciones y sin sentido, destinadas exclusivamente a promover las orgías y bacanadas, al típico estilo del Imperio Romano.

Estamos en Adviento, que quiere decir "venida", venida del Mesías. Natividad viene del latín Nativitas, (nacimiento), y conmemoramos el nacimiento del hijo de Dios, de ese Jesús (= Salvador) que viene a salvarnos. Ponemos hermosos árboles, cuyo sentido es adorno, y nos olvidamos de los belenes.

En mis tiempos de niño iba a la Cañonera, el monte más cercano a mi pueblo, y extraía de la nieve ese fresco musgo, que se mantendría vivo en un gran belén, hasta el día de Reyes.

La Navidad es un cascarón de huevo al que se le ha extraído toda su sustancia. Celebrar la Navidad es reunirse la familia para celebrar junto a la familia de Nazareth el plan salvífico de Dios. Recuerdo, estando mis padres vivos, la cena de Nochebuena todos juntos en familia, la solemne misa de Gallo, a la que hasta los incrédulos acudían cantando villancicos. Luego, como procedía, se continuaba la fiesta en casa comiendo migas de pastor al calor del brasero. Era un acontecimiento.

Actualmente ya no hay misa de gallo, a lo sumo de gallina, pues se celebra a las siete de la tarde, que es cuando las gallinas se acuestan. La cabalgata de Reyes calienta los ánimos infantiles. Qué ilusión ! Ahora la queremos sustituir por papá Noel. Los Reyes magos no existen y no debemos engañar a los niños, dicen muchos insensatos. Y Papa Noel sí existe?

La Navidad es un cascarón de huevo. Le hemos extraído la sustancia.

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